Publicado en Soñando ser Poeta.

Libertad de amar

Presionaré mis manos, tratando de sentir tu corazón

lleno de gran sentimiento de amor y pasión,

volcará en este día mi pensamiento a solo amarte,

más no podré definir lo grandioso de tenerte,

por qué es tan hermoso el quererte,

que delimitar que fueses mía no sabría,

impedirte la libertad de amarme, jamás podría.

Gorki Aguirre

Publicado en Soñando ser Poeta.

CUMPLEAÑOS FELIZ, JENNIFER SARAÍ.

Lo especial de este gran día, me llevó

a hablar con tus muñecas, y  juguetes,

que entre alegría alboroto y canto,

me comentaron cuanto te apreciaban, por ser muy dulce y tierna,

dijeron que tu corazón está hecho de la joya más preciada del mundo,

escogida por Dios, para fabricar tus bellos sentimientos;

Comentaron que tienes muchos dones, y magia angelical que ayudan a sanar,

Les indique que efectivamente nos trajiste mucha  alegría

y convertiste en Mamita milagrosamente a quien no podía,

que me buscaste entre millones y me hiciste feliz Padre en el mundo;

Señalaron que tu estela de aura y  luz, es irradiante,

que tus ojos embrujan el ensueño

y trasladan a convertir en hermosos todos los cuentos,

me introduje en uno de ellos para observarte,

pasando  a ser parte de ese sueño,

pero no eras la princesa de ese reino,

escogiste ser la belleza de la naturaleza,

acompañada de  duendes y hadas,

que entre brincos y cantos, preparaban una fiesta,

las luciérnagas bailoteaban al compás de la cantante Luna,

qué fulgurante al son de las estrellas, daba más brillo

a tu pequeña gran figura, prototipo de simpar  dulzura,

era la fiesta de remembranza de tu primer aliento de vida,

aliento que entre sollozo, alegría y llanto,

agradecemos al todopoderoso que nos haya brindado inmensurable dicha,

son tantos milagros de amor, que recuerdan tus tiernos cuatro años,

conjugandose con exactitud en exquisita felicidad eterna.

Felicidades por siempre tierna hija Jennifer Saraí.

Que tengas un nuevo Feliz aniversario de vida.

@GorkiAguirreT

Publicado en Soñando ser Poeta.

Carta a Magdalena–Subcom. Marcos / La Familia, la propiedad privada y el amor-Silvio Rodríguez

El revolucionario está hecho de esa inspiración por el infinito amor a la humanidad, y si amar es de locos, siempre amaremos con profundo sentimiento de locos revolucionarios enamorados. Gorki Aguirre                                                                               

Aquí la carta que el Subcomandante Marcos escribió, para que Elías Contreras le entregue, como si fuera propia, a su enamorada Magdalena:

Magdalena:

Te vi de madrugada. Escondida o encerrada, estabas en una torre de calendarios y geografías absurdas que me decían que no era bienvenido. Pero, apenas un momento, y te asomaste entera, hermosa y desnuda de prejuicios, luchando a favor de este nadie que soy y rescatándome de una noche ajena. Yo me quedé temblando, aún lo estoy. Deslumbrado todavía, en los pasos que siguieron y dimos juntos, lo que antes entró por la mirada, suavemente se llegó a mi pecho por camino desconocido.

Te vi, y yo pensé que eso me bastaría, que tu imagen sería suficiente para tomar fuerza y alejarme para que, cuando el tiempo pidiera cuentas, el saldo fuera apenas un recuerdo de la tormenta que por cabellos llevas, el collar de besos que imaginé para tu cuello. Pero no, no fue suficiente. Necesito colgarte cien suspiros al oído y recorrer tu geografía con mis labios. Y necesito que mis manos se dibujen en tu cintura y tus caderas, que mi sed encuentre alivio entre tus piernas, que renazcan mis dedos sobre tus senos, que tu boca me diga lo que no me dirán tus palabras, que mi piel más sombra sea en la luz de la tuya.

Ya nada basta. No basta con que sueñe, que te tomo por la cintura, que te acerco a mí y que a tu cuello llega mi aliento, que dudan mis manos entre uno y otro pecho, que me restriego a tus caderas y que tu humedad me guía. No basta con pensar que tu tormenta me estalla en la cara, ni que me piense y te piense conmigo dentro, con el deseo montado en piernas y caderas, corriendo a ninguna parte, atento al gesto que en gemidos dibujas. No basta imaginar que me tienes, que me enseñas a encontrarte, que me haces hacerte, que te dibujas entre mis brazos, que tiemblas y me tiemblas. No basta que reconstruya en la mente lo que tal vez no pasará nunca: el quitarte la ropa y los miedos, el desnudarte las ganas, el abrirte por el vértice sombreado, todo deseo, todo misterio, el entrarte hasta el sitio que anule por fin toda razón y que solo la carne mande. No basta que trate de distraerme detrás de las palabras que arrojas, fallidas puertas de salida, ventanas que no invitan a asomarse siquiera, paredes cerradas.

He tratado de tomar distancia, de hacer complicadas cuentas de días, kilómetros, horas, calles frías, laberintos, olvidos. Consulté mapas que confirman que el tuyo es otro mundo. Ha sido inútil. Esta mañana, por ejemplo, me he hecho el firme propósito de tomar distancia, anteponer un montón de razones para irme ya alejando y decir adiós sin palabras, que siempre es el adiós más difícil, el más artero. Pero apenas te he visto y he olvidado hasta la hora. Bastó que desde lo lejos intuyera una tormenta, para que botara propósitos y razones, para que el corazón y las ganas se desbocaran, y para que un cuello suspirado me robara todo el aliento.

Magdalena, yo solo quería decirte que me gustas y que quería acercarme a ti. Pero acercarme como un hombre se acerca a una mujer que le gusta. Algo así como tomarte de la cintura y acercar tus pechos al mío, acercarme a tu cuello, decirte algo tierno y dulce al oído, mordisquear las manzanas de tus mejillas y llegar a tus labios con un beso, imaginarte un jadeo si mis manos te rehicieran los senos, intuirte un sueño si mi abrazo te tomara prisionera la cintura, soñarte soñando conmigo dentro y dentro mío. ¿Hago mal en desearte, en que mi piel quiera tocarse en la tuya, en buscarte, para encontrarte como se encuentran un hombre y una mujer que se gustan, es decir, desnudos y sedientos? ¿Hago mal en decirlo o en hablarlo con silencios?

Yo lo que quiero es encontrarte para invitarte a perderte conmigo, Magdalena, que la piel le hable a la piel, el deseo que callan las palabras y que el silencio habla… Espero entonces, tu silencio y tu palabra.

Vale. Salud y que en la tormenta de la noche los cuerpos sean la barca.

La Familia, la propiedad privada y el amor-

(Silvio Rodríguez)

OTRA VELA PARA SOMBRA, texto del Sub Com. Marcos / LA MAZA, música de Silvio Rodríguez

El derrumbe de un sueño

algo hallado pasando

resultabas ser tú

una esponja sin dueño

un silbido buscando

resultaba ser yo

cuando se hayan dos balas

sobre un campo de guerra

algo debe ocurrir

que prediga el amor

de cabeza hacia el suelo

una nube vendrá

o estampidas de tiempo

los ojos vendrán,

fue preciso algo siempre

y no fue porque tú

tenías lazos blancos en la piel

tú tenías precio puesto desde ayer

tú valías cuatro cuños de la ley

tú sentada sobre el miedo

sentada sobre el miedo de correr

una buena muchacha

de casa decente no puede salir

qué diría la gente el domingo en la misa

si saben de ti

qué dirían los amigos

los viejos vecinos que vienen aquí

qué dirían las ventanas,

tu madre y su hermana

y todos los siglos de colonialismo español

que no en balde te han hecho cobarde

qué diría Dios

si amas sin la iglesia y sin la ley

Dios a quien ya te entregaste en comunión

Dios que hace eternas las almas de los niños

que destrozarán las bombas y el napalm

el derrumbe de un sueño

algo hallado pasando

resultabas ser tú

una esponja sin dueño

un silbido buscando

resultaba ser yo

busca amor con anillos y papeles firmados

y cuando dejes de amar

ten presente a los niños

no dejes tu esposo ni una buena casa

y si no se resisten serruchen los bienes

que tienes derecho también

porque tú tenías lazos blancos en la piel

tú tenías precio puesto desde ayer

tú valías cuatro cuños de la ley

tu sentada sobre el miedo

sentada sobre el miedo

de correr…..

 

Publicado el 23 feb. 2013

OTRA VELA PARA SOMBRA. (

Sub Comand. Marcos.)

Madrugada. Arriba la luna sigue en su deslavado desnudarse de la luz azul que la viste. La oscuridad le perdona la cicatrices y le ofrece, generosa, otro velo para su impudicia. Abajo la sombra se acurruca en el último rincón de su desvelo.

Eso que se levanta, ¿es un viento o un puente buscando lejos la otra orilla para acabar de tenderse?

Un suspiro, tal vez.

Y otra vez la duermevela y sus ilusiones: una serpentina suspirada y liada en un cuello ausente, el ansia levantándose y hundiéndose en el bajo vientre, el leve respirar de la sombra en el oído de la noche, el deseo vistiendo la morena luz de la penumbra, un beso largo y húmedo en los otros labios, la mano escribiendo una carta que nunca llegará a su destino:

Daría lo que fuera por enredarme entre sus piernas, por confundir nuestras humedades, por desgastarme en la luna hendida de sus caderas. Daría lo que fuera, menos dejar de hacer lo que es mi deber hacer.

Amanece.

El sol empieza a ayudar a las casas y edificios en su lánguido inclinarse a occidente.

Afuera preguntan:

«¿Listo?».

Adentro la sombra dobla con cuidado el ansia, la pone en el bolsillo izquierdo de la camisa, cerca del corazón, y responde:

«Siempre».

-Subcomandante Insurgente Marcos

La maza

(Silvio Rodríguez)

Si no creyera en la locura

de la garganta del sinsonte

si no creyera que en el monte

se esconde el trino y la pavura.

Si no creyera en la balanza

en la razón del equilibrio

si no creyera en el delirio

si no creyera en la esperanza.

Si no creyera en lo que agencio

si no creyera en mi camino

si no creyera en mi sonido

si no creyera en mi silencio.

Qué cosa fuera,

qué cosa fuera la maza sin cantera.

Un amasijo hecho de cuerdas y tendones

un revoltijo de carne con madera

un instrumento sin mejores resplandores

que lucecitas montadas para escena.

Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera

qué cosa fuera la maza sin cantera

Un testaferro del traidor de los aplausos

un servidor de pasado en copa nueva

un eternizador de dioses del ocaso

júbilo hervido con trapo y lentejuela.

Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera

qué cosa fuera la maza sin cantera.

Si no creyera en lo más duro

si no creyera en el deseo

si no creyera en lo que creo

si no creyera en algo puro.

Si no creyera en cada herida

si no creyera en la que ronde

si no creyera en lo que esconde

hacerse hermano de la vida.

Si no creyera en quien me escucha

si no creyera en lo que duele

si no creyera en lo que queda

si no creyera en lo que lucha.

Fuente: http://sexta-azcapotzalco.blogspot.com/2015/12/carta-magdalenasup-marcos-la-familia-la.html